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RECURSOS ESTRATÉGICOS Y DIGITALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA

Recursos Estratégicos

Entrevista a Sebastián Valdecantos: sistema financiero, criptomonedas y soberanía tecnológica en el siglo XXI.

Solange Martínez (SM), integrante del Centro de estudios de Integración Latinoamericana “Manuel Ugarte” de la UNLa entrevistó a Sebastián Valdecantos (SV) en el marco del Ciclo de entrevistas “Recursos nuestroamericanos en un mundo en reconfiguración”, Doctor en economía por la Universidad de la Sorbona, Valdecantos estudió diferentes alternativas de reforma del sistema financiero internacional y de la zona del Euro. Se especializa en modelización macroeconómica a partir de stock flujo consistente, tanto a nivel teórico como empírico. Actualmente trabaja en la integración de las cuentas ambientales de los modelos económicos con el objetivo de estudiar la viabilidad de las diferentes políticas económicas y ambientales tendientes a favorecer la transición hacia una economía con una baja intensidad de carbono. Es docente de grado en la Universidad Nacional de Mar del Plata y de posgrado en la Maestría en Desarrollo Económico en la Universidad Nacional de General San Martín. Ha trabajado como oficial de asuntos económicos de la CEPAL y como Director Nacional de Promoción y Desarrollo de Cooperativas y Mutuales en el INAES. En el marco del lanzamiento del portal “Geopolítica de los Recursos estratégicos”, conversaron sobre la digitalización de la economía. Entre otros tópicos, sobre la tecnología blockchain como herramienta clave en la construcción política de un sistema monetario centrado en las personas y la naturaleza y no en la rentabilidad del capital. 

SM: En nuestro trabajo de investigación identificamos una serie de reconfiguraciones en términos geopolíticos en el sistema global y, también, en el sistema socio productivo. Observamos que se están dando dos grandes procesos: uno, vinculado a una temática que vos venís estudiando, la transición energética hacia una matriz diversificada, menos asentada en recursos fósiles. Y el otro proceso, relacionado con la digitalización de la economía. Una economía menos productiva -si pensamos en la industria tradicional- en el marco de una serie de procesos que conforman la cuarta revolución industrial a partir de la inversión y el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, entre otras. Evidentemente la Pandemia ha venido a catalizar este proceso que se viene desarrollando sobre una economía altamente especulativa y financiarizada que entró en su última crisis en 2008. En este contexto en 2009 aparece la primera moneda digital que no tiene de garantía ninguno de los recursos que han sostenido históricamente el sistema económico internacional. Nos preguntamos, entonces, ¿se trata de una moneda como un equivalente general para el intercambio comercial o si las criptomonedas funcionan como nuevos activos financieros?

Primero, me parece importante decir es que es anterior al año 2009 el momento en el cual el dinero que emiten los Estados Nacionales deja de tener respaldo. Durante el siglo XIX y principios del siglo XX regía el patrón oro que establecía una relación de equivalencia entre el dinero que circulaba y las reservas de oro que tenían los bancos centrales. Esto se abandona promediando la primera mitad del siglo XX y se avanza hacia otro régimen en el marco de los acuerdos de Bretton Woods en dónde podemos hablar de un patrón dólar. Es decir, se estableció un régimen de convertibilidad de las monedas nacionales con respecto al dólar que, a su vez, tenía una relación de paridad con el oro. Esto se abandona en el año 1971 y, a partir de ese momento, entramos en un nuevo régimen donde las monedas nacionales pasan a estar respaldadas en, básicamente, nada. Entre hoy y 50 años atrás las monedas nacionales no tienen más respaldo que la fe que tienen los ciudadanos y ciudadanas de cada país, en que el Estado va a aceptar esa moneda como forma de pago de los impuestos.

Entonces la gran diferencia que yo encuentro entre Bitcoin, de Ethereum u otras criptomonedas y las monedas nacionales, las monedas de curso legal, las monedas fiduciarias (fiduciario viene de fe) es que básicamente no existe un Estado nacional detrás. No tiene respaldo de la misma manera que el dólar, el euro o el yen, pero detrás de estas sí hay un Estado. Detrás de Bitcoin hay otra cosa que es una red tecnológica, una gran comunidad global que no está delimitada por las fronteras nacionales ni por la legislación de cada uno de los países y que construyó una infraestructura tecnológica con cierto tipo de protocolos y criterios para la creación de un sistema monetario con características diferentes. Después se pueden discutir las teorías que subyacen a las criptomonedas, pero lo que está en el corazón es un sistema monetario que funciona con una institucionalidad diferente. Que no haya respaldo es un elemento común con las monedas de curso legal. Lo que marca la diferencia entonces es que detrás de esas monedas hay un Estado y detrás de las criptomonedas no hay nada básicamente desde el punto de vista legal. Desde el punto de vista tecnológico sí, y creo que esto es lo realmente disruptivo.

 

SM: Bien mencionaba que hay una red detrás, en el mundo de las criptomonedas se habla de las “ballenas” que son los grandes tenedores que son los que tienen la capacidad de incidir en los volúmenes de transacción. Por un lado nos preguntábamos si son identificables. Por el otro, si uno observa las compañías tecnológicas encontramos actores como Facebook que han lanzado su propia moneda Libra en el 2019 o a Elon Musk de Tesla empujando dogecoin. ¿Se puede pensar que de alguna manera en la guerra de monedas aparecen además de las controladas por los bancos centrales, estos otros jugadores, esta nueva dimensión? Porque hay estados nacionales que están desarrollando sus monedas digitales, por ejemplo el tesoro norteamericano, el Banco Central Europeo y China han lanzado también su criptomoneda. ¿Cómo podemos analizar esta tensión entonces entre los Estados y los actores tecnológicos?

SV: Esto es algo que está sucediendo es difícil saberlo porque también debe ser analizado en una clave geopolítica pero lo que uno puede observar, como vos planteabas al principio, es que en el origen -en el 2009 con Bitcoin, un par de años más tarde cuando surge Ethereum- y a partir del 2017 cuando explota el mercado cripto han sido muchos años de aparición de múltiples proyectos basados en la tecnología de Bitcoin que se llama blockchain. Una tecnología que empieza a ser aplicada para distintos tipos de industrias, no sólo para la industria financiera sino para distintos tipos de industrias como por ejemplo la salud,  la Industria del seguro, la agropecuaria. Entonces ahí, el desarrollo tecnológico incipiente que, desde mi punto de vista justifica el valor de la tecnología. Ahora bien, al principio, la reacción de los estados y de los bancos centrales frente al caso de uso más concreto de la tecnología blockchain que son las criptomonedas fue primero la crítica, decir por ejemplo esto es a lo que va a durar poco, es algo muy chiquito, muy de tribu. Diez años después, lo que se observa es que cada vez son más personas en el mundo que usan criptomonedas Y cada vez son más los casos de uso de esta tecnología diferente de lo financiero, con lo cual empiezan a tomarlas en serio. Los bancos centrales entonces empiezan a investigar  el tema, empieza a instalarse el concepto de moneda digital de Banco Central y algunos llegan a realizar experiencias piloto. Hoy en día tenemos esos bancos centrales que han implementado sus monedas digitales y aunque estamos hablando de casos experimentales uno de ellos es el Banco Central de China. Otro es el Banco Central de Bahamas y en esos dos casos está implementada la moneda del Banco Central sobre tecnología blockchain, lo cual nos muestra que llega un punto en el que estos bancos se dan cuenta de que el abordaje que tienen que tener tal vez no es la prohibición, sino el de tomar la tecnología y ver cómo fortalecer la capacidad del Banco Central de emitir moneda haciendo uso de las ventajas de dicha tecnología. A esto se suma lo que vos mencionabas de que algunas empresas globales como el caso de Facebook anuncia en el año 2019 la creación de su criptomoneda Libra que según lo que se planteaba originalmente iba a permitir a todas las personas del mundo que usan Facebook y cualquier herramienta tecnológica de esta corporación, poder realizar pagos independientemente del lugar en el que se encuentran. Ahí es donde me parece que los bancos centrales empiezan a tomar más en serio tanto las criptomonedas originales que no tienen una empresa por detrás, como a los proyectos de criptomonedas que empiezan a surgir por el lado de empresas globales, estos grandes jugadores del mundo tecnológico, que incluso no teniendo su criptomoneda, ya tienen un poder muy importante, Por -como todos sabemos- la importancia que tiene el manejo de los datos en una economía digitalizada, en un Capitalismo de plataformas.


Entonces, es difícil hablar ahora de una guerra de monedas porque la realidad es que seguimos en un mundo donde rigen las monedas fiduciarias. Bitcoin que es la criptomoneda más grande del mundo, hasta hace unos seis meses tenía un poco más de 100 millones de usuarios en todo el mundo, lo cual es interesante, pero sigue siendo una porción pequeña de población global, incluso de la población global que está incluida financieramente. Con lo cual me parece que falta para que alcancemos un escenario de esas características en donde, potencialmente, las monedas nacionales sean corridas por las digitales pero es interesante ver que los bancos centrales empiezan a tomárselo en serio porque esta tecnología ha demostrado tener algunas ventajas.

Cualquier persona que haya experimentado con cualquier criptomoneda, pero pongamos Bitcoin por mencionar el caso más común,  sabe que para mandar dinero a donde quiera en el mundo  -por ejemplo si tiene familiares o amigos en cualquier lugar- lo puede hacer de forma instantánea sin tener que pagar comisiones a los bancos, comisiones usurarias muchas veces. Así, las personas que tengan que mandar remesas por ejemplo, de un país a otro, son conscientes de las enormes comisiones que se suelen cobrar por ese tipo de transferencia y eso no existe en el mundo de las criptomonedas. Como tampoco existen los días que hay que esperar para que se curse una transacción bancaria de un lugar a otro del océano. Evidentemente la tecnología blockchain ha generado un aporte y tiene una mayor capacidad de proveer de servicios financieros a la mayor parte de la población, cosa que con el sistema financiero tradicional no sucede. Por ejemplo, ¿cuántas personas tienen en la Argentina acceso a una cuenta bancaria? Ni hablar al crédito, a la posibilidad de una tarjeta para consumo o mucho menos crédito inmobiliario o productivo; es decir, hay un problema de exclusión financiera a nivel global. Luego podemos discutir, ¿qué tipo de inclusión financiera queremos? Para la gente que hoy no tiene acceso a los servicios financieros ¿Queremos darle los mismos servicios que tenemos los que estamos incluidos? Y tal vez no, porque todos sabemos que existe la explotación financiera y que a través de las finanzas hoy, en este sistema contemporáneo, se ejerce la dominación. Pero lo que me parece interesante de todo esto es que la  tecnología se vuelve más accesible y también más flexible. Cuando uno estudia las criptomonedas hay un montón de casos que no son tan conocidos como Bitcoin que tienen otro tipo de objetivo y que de alguna manera nos invitan a pensar que es posible tener un dinero creativo Por decirlo de algún modo, un dinero que cumpla funciones distintas de las que estamos acostumbrados que cumpla el dinero tradicional. Un dinero donde ya no es un Banco Central o una elite financiera la que define las reglas del juego, sino que es una comunidad la que define cómo es ese dinero, cómo funciona, cómo se gobierna. Esto es lo que creo que la tecnología blockchain abre y es ésta la razón por la cual tanto empresas privadas como los bancos centrales empiezan a querer jugar en este juego, porque se dan cuenta que se abre esa Caja de Pandora que terminó siendo mucho más potente de lo que se imaginaban que podía ser en 2009, 2010, 2011, es decir en sus orígenes.


Fuente: Portal web “Geopolítica de losRecursos Estratégicos” 

SM: Cuando se piensa en la economía digitalizada o en la nube o en internet desde el sentido común, pareciera que existe como una entelequia, en la nada, en el vacío. Sin embargo, existe una infraestructura necesaria para sostener el almacenamiento de la información que en el mundo cripto se denominan “granjas de procesadores” y que consumen una cantidad de energía bastante elevada. ¿En manos de quién debería estar esa infraestructura? ¿Podés establecer alguna relación con la cuestión energética?

SV: Lo que deberíamos distinguir en relación a esto es como se dieron las cosas y qué futuro podemos visualizar. La realidad concreta es que si hoy miramos las granjas de minería de Bitcoin que mencionas, sí vemos un elevado nivel de concentración. De hecho si uno mira el ranking los tres primeros, tienen prácticamente el 50% del mercado, sólo tres y están en China y son de capitales chinos.  Entonces ahí hay una situación que uno podría pensar contradictoria porque una tecnología que pregona la descentralización y la tiene en su corazón tecnológico - por cómo está armada la infraestructura- termina siendo desde el punto de vista de los actores muy concentrada. Bueno eso sucede básicamente porque tal vez la teoría económica que subyace al Bitcoin es desde mi punto de vista, una teoría muy liberal que permite el libre juego entre los actores en función del capital con cuál cada uno llega, o de las capacidades con la que cada uno cuenta, y el mercado produce resultado. Y ese resultado no es muy equilibrado.

Eso sucede hoy en el caso de Bitcoin pero no tiene porqué ser así. Porque como yo decía hay una serie de reglas del juego que tienden a que esto suceda y por una serie de hechos históricos que a veces tienen que ver por ejemplo con el costo de la energía en China es más bajo, Entonces es más rentable establecer una granja de minería de Bitcoin en China que hacerlo en otros países o porque muchos de los insumos necesarios para minar Bitcoin se producen en la propiedad china bajando los costos de traslado de esas piezas hasta las granjas, que si hubiera que hacerlo hacia otros lugares del mundo. Pero bueno, estos son una serie de hechos históricos que determinaron que la situación sea está.

Ahora creo que aquí, los que estamos interesados en la soberanía en general y la soberanía monetaria en particular, la pregunta que tenemos que hacernos es ¿qué podemos tomar de esta tecnología?, ¿qué es lo que esta tecnología nos inspira a hacer? Lo que uno debe pensar es entonces, si queremos construir un nuevo paradigma monetario, un sistema monetario que sea más justo, un sistema monetario que realmente esté al servicio de la producción y del trabajo, un sistema monetario que ponga en el centro a las personas y a la naturaleza y no a la rentabilidad del capital, es que esta tecnología blockchain nos da esas herramientas para la construcción, pero que esa construcción es una realidad eminentemente política. La tecnología por sí misma no va a construir una comunidad, ni nos va a decir cuáles son las reglas que tenemos que elaborar para gobernar esa comunidad o esa sociedad más justa que muchos queremos. ¿Cuál es el sistema monetario que tiene que facilitar ese funcionamiento? Porque en definitiva el sistema monetario no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que tiene que estar al servicio de los objetivos de la comunidad y la tarea de definición de esos objetivos y de los medios para alcanzarlos es una tarea política. Sobre qué infraestructura va a funcionar ese sistema monetario que queremos construir es una decisión que forma parte de ese proceso político. No hay porque tomar el modelo de bitcoin,  Qué es un modelo y está bien, que cumplió una función desde el punto de vista de las ideas para mí - Por más que yo no esté de acuerdo con la teoría económica subyacente- género un montón de cosas que sí tienen una serie de efectos positivos. Entonces tomemos lo interesante o lo que no nos gusta, para construir algo que esté verdaderamente al servicio de nuestros objetivos. En Argentina existe un proyecto de blockchain Federal, creo que originado en 2017.

La soberanía es, claramente, uno de los objetivos que tenemos como comunidad,  no sé si todos, pero creo que muchos pensamos que es importante que como Nación podamos ser autónomos, que podamos decidir nosotros hacia dónde queremos ir y no nos lo impongan desde afuera , decidir cómo tenemos que vivir. ¿Cuáles son las dimensiones de la soberanía? Puede haber varias, pero se me ocurre la energética, la alimentaria, la monetaria y también está la tecnológica. En el capitalismo contemporáneo es muy difícil que como Nación seamos soberanos si no tenemos control y dominio sobre la tecnología que usamos en el país, la que usan nuestros ciudadanos y nuestras  ciudadanas, la que usan empresas en el día a día. Entonces es interesante esta idea de Blockchain Federal Argentina si sirve para mostrar que tal vez el caso de concentración excesiva que vemos en Bitcoin es sólo un ejemplo, pero no tiene porqué ser esa la regla asociada ni a Blockchain ni a las criptomonedas.

Entrevista completa


SM: Te diría que de alguna manera es hasta esperanzador poder mirarlo desde ese lugar  y necesario desde una perspectiva de política estratégica. Y dijiste algo muy claro: la tecnología o la revolución tecnológica ha llegado para quedarse y transformar los distintos aspectos de nuestra vida, no sólo el económico. Y además lo cierto es que por historia y por decisión política nos encontramos en una Nación con alto desarrollo de capacidad científico-tecnológica, que es parte de la disputa. Considero que es una fuerte base desde  donde partir en estas discusiones. Vos te referías a la cuestión nacional, pero yo me atrevo a decir también que es parte del desafío regional, el cómo insertarnos en esta economía digitalizada,  en las relaciones de poder internacional con un proyecto que nos permita pensarnos y desarrollarnos como región,  con integración e intercambio genuino, en este particular momento del mundo. En ese sentido, ¿podrías contarnos cuál ha sido tu experiencia en el proyecto PAR, una moneda que sirve para el intercambio desde hace algunos años, dentro de la economía social y solidaria? Allí, trabajaste junto a varios profesionales y particularmente con Mario Cafiero, quien para nosotros es un compañero muy valioso y aprovechamos para recordarlo como un militante, un profesional, que rompió moldes y se animó a pensar, a proyectar y hacer otra economía y otra sociedad.

SV: Por el  2017, recordarás que en el gobierno de Mauricio Macri una las principales políticas fue la política monetaria contractiva, el fuerte aumento de la tasa de interés que en ese momento estaba casi en el 40% -lo cual es muy atípico, en casi ningún lugar del mundo se observa- y la reducción de la liquidez, de la cantidad de pesos disponibles para entregar créditos productivos, comerciales o para el consumo, etcétera. En ese contexto, junto a algunos compañeros y bajo el liderazgo de Mario Cafiero empezamos a pensar en la posibilidad de crear un sistema monetario complementario, originalmente para fábricas recuperadas. Después, esa idea se fue transformando para pensar también en la economía popular, las ferias, los espacios que antiguamente habían sido lugares de clubes de trueque, es decir, ampliamos un poco más la mirada. El concepto es: existe una enormidad de recursos y capacidades productivas en nuestro país, trabajadores con conocimiento y con ganas de trabajar,  empresas con esas mismas capacidades  que no pueden poner en valor todo lo que saben y lo que hacen porque - para decirlo mal y pronto-  no hay plata en la calle, no hay dinero, no hay crédito para poder conseguir el financiamiento necesario para poner en marcha la producción. Y que las personas a través de la producción y su trabajo puedan obtener los ingresos para pagar bienes y servicios y demás cuestiones que necesitan para vivir. Algo básico, algo que no haría falta explicar, pero que en la Argentina en ese momento -y lamentablemente seguimos en una situación parecida pero por distintos motivos- era bastante común.

Es decir, hay un montón de trabajadores y montón de empresas que están produciendo por debajo de su capacidad y como resultado de eso, una gran cantidad de necesidades insatisfechas y niveles de pobreza que son realmente entristecedores. Entonces ahí la pregunta que nos hicimos fue ¿esperamos a que el gobierno cambie y su política económica? -Y en el año 2017 no teníamos muchas razones por las cuales esperar que eso fuera a pasar- o ¿nos organizamos y generamos algo alternativo? La decisión fue ésta y Mario nos incentivó a trabajar en esta dimensión. Siendo conscientes de que en la condición de economías periféricas que nos toca estando en Argentina y que es compartida por todos los países de latinoamérica, el margen de maniobra que tiene un gobierno para poder formular políticas económicas en favor de los sectores populares es reducido, más allá del espectro ideológico en que se ubique ese gobierno.

Porque hoy tenemos un gobierno que está en el espectro ideológico con el cual no se puede sentir más Cercanas pero aun así bastante evidente - dejando de lado todos los problemas de la pandemia-  qué el gobierno no puede hacer lo que quiere,  que Está sujeto a limitaciones Como la renegociación de la deuda,  los precios de los commodities,  los conflictos con los distintos actores que tienen una cuota importante de poder en la economía Argentina, tal como el sector agropecuario o el sector financiero. Frente a eso ¿qué tienen que hacer los sectores populares? ¿Esperar a que el gobierno pueda de alguna forma encontrar una combinación de equilibrio de poder entre los distintos actores locales e internacionales para que se pueda formular una política económica favorable a sus intereses de manera sostenida o, por el contrario -y ese fue el camino que nosotros decidimos tomar-,  organizarse y empezar a tratar de generar circuitos productivos y comerciales a nivel local, motorizados, viabilizados por un sistema de crédito en una moneda complementaria, sistema de crédito con reglas diferentes al tradicional? Donde los bancos, por ejemplo, si voy a pedir un crédito productivo me van a pedir garantías, me van a pedir que tenga un plan de negocios, un montón de cosas que muchas veces los productores no tienen. Yo trabajé en el INAES y vi una enormidad de casos de cooperativas importantes, con una historia impresionante, que generan una gran cantidad de trabajo con tecnología, que están organizadas y que no pueden igual, acceder a créditos bancarios porque son cooperativas.  

El año pasado vi como muchos de los programas del Estado,  los créditos para cooperativas en el contexto de la pandemia, fracasaron porque más allá de que había una línea de gobierno destinada a eso,  después los bancos no otorgaban  los créditos cuando la cooperativa se presentaba. Porque era una cooperativa, es decir que el sistema financiero tradicional no está preparado, no está educado para poder interpretar el balance de una cooperativa.  El balance de una cooperativa probablemente te diga que la acumulación en un período determinado fue cero, pero no porque fue el año malo económicamente hablando, sino porque la cooperativa reparte los excedentes entre sus asociados.  Entonces, esto no tiene que ser interpretado como una señal de fracaso económico por el cual la cooperativa no pueda ser sujeto de crédito. Frente a todas estas dificultades nos pareció interesante la posibilidad de crear un sistema monetario complementario para la economía social y solidaria y popular. Una vez que uno toma esa decisión política  y define cuáles son los pilares que va a tener ese sistema monetario complementario, llega el momento de la implementación. ¿Cómo hacemos para construir esto? Nosotros no tenemos la infraestructura que tienen los bancos. Aquí es donde apareció la tecnología blockchain, que ya llevaba casi diez años de maduración, mucho más accesible porque gran parte de esta tecnología es de código abierto. Lo que nos permitió tomar distintos elementos que existían y habían sido desarrollados por otros en otros lugares del mundo y así parametrizarlos, estructurarlos, de manera de que reflejaran el pensamiento político que nosotros teníamos respecto del sistema de crédito mutuo que se llama moneda PAR.

Esto hubiera sido imposible de hacer diez años antes porque la tecnología no estaba disponible, por ejemplo en el 2007 y hubiéramos tenido que hacerlo con una planilla de Excel o con papelitos como los clubes de trueque. Y no es que no puede hacer, pero eso tiene sus problemas, De hecho hay una gran evidencia relevada respecto de los problemas que tuvo eso. Tuvimos la suerte de que nos tocó encontrarnos en ese tiempo histórico  en el cual las condiciones tecnológicas fueron las indicadas Y que los compañeros y compañeras que vivieron la experiencia del trueque veinte años atrás no tuvieron.  Por ejemplo, cuando empezamos a dialogar con algunos que participaron de estas experiencias de trueque y les contamos sobre la tecnología blockchain y moneda PAR nos decían “…esto que ustedes tienen es lo que nosotros hubiéramos necesitado para que no se caigan los clubes de trueque”. Esas son las cuestiones de la historia, no siempre a uno le toca vivir el tiempo que le correspondería, y a nosotros nos tocó vivir en este tiempo donde la buena tecnología estaba disponible fácilmente y por eso pudimos construir este sistema que combina elementos más ideológicos-políticos -que les comentaba recién- con la tecnología, pero no con los parámetros que define Bitcoin, sino con los parámetros que nosotros queremos. 

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